Ministerio sombra

Shadow Ministry

Hay veces en las que el enemigo intentará frustrar el ministerio que usted lleva a cabo susurrándole que “no estás siendo efectivo”. Usted podrá sentir que aquello que está haciendo… o lo que no está haciendo… no produce el fruto que usted quisiera “ver”.

Escuche este ejemplo maravilloso: una historia contada por Jamie Buckingham en la Conferencia Internacional de Nueva Orleáns en 1991.

Él comenzó compartiendo las Escrituras en Hechos cuando Pedro caminaba con los ojos puestos en Jesús y cómo llevaban gente a las calles con la esperanza de que la sombra de Pedro les cubriera y fueran sanados. (Hechos 5:15) Jamie luego nos animó a todos a que camináramos con los ojos puestos en Jesús y nuestra sombra también caería sobre otros y tendría influencia.

Él compartió que estaba en Israel investigando para escribir un libro. Estaba planeando ir a la cumbre del Monte Sinaí al amanecer para asistir a una reunión de oración. Había pasado la noche al pie de la montaña.

A medio camino, subiendo la montaña, una tribu de aborígenes lo rebasó, algunos de ellos ya ancianos, otros descalzos, e iban con un hombre blanco.

Cuando llegó a la cima, un poco después de despuntar el alba, los aborígenes y el hombre ya estaban participando en una reunión de oración. Al concluir su reunión, Jamie fue a hablarle al hombre blanco y le preguntó quiénes eran los que le acompañaban. El hombre le dijo que eran aborígenes de Papua, Nueva Guinea. Le dijo a Jamie que él solía ser motociclista en Australia y había leído un libro escrito por un estadounidense que había impactado tanto su vida que le entregó el corazón al Señor. Entonces, el Señor lo envió a Nueva Guinea. Prosiguió explicando que los hombres eran ancianos de las tribus que habían recibido a Jesús. Habían reunido su dinero para poder viajar a Israel a ver si las cosas eran realmente así… como el Monte Sinaí, el Mar de Galilea, etc.

El hombre se volvió a Jamie y le preguntó que hacía él. Jamie dijo que era autor y que estaba en Israel investigando para un libro. El hombre blanco dijo que seguramente sería una gran coincidencia, pero que si conocía a Jamie Buckingham, ¡pues él era el hombre que había escrito el libro que había cambiado tan radicalmente su vida!

¿Pueden imaginarse eso? Uno está del otro lado del mundo, subiendo el Monte Sinaí, pero el propósito milagroso de Dios estaba obrando más allá de tan solo llegar a la cima de la montaña. Dios estaba a punto de presentarle a este motorista de Australia, a este nuevo creyente en Jesús, al mismísimo autor que había sido usado para cambiar la vida del australiano. ¡Ah, las obras milagrosas de Jesús! Jamie humildemente compartió con él, allí de pie a media montaña, que él era Jamie Buckingham, ese que había escrito el libro que le cambió la vida por completo a ese nuevo creyente. ¡Imagínelo! Todo se debió al talento que Dios le dio a Jamie de escribir un libro, su sombra había caído del otro lado del mundo para tocar la vida de un hombre en Australia.

Mi amigo, permítame decirle desde la plenitud de mi corazón que usted, también, tiene una sombra que cae sobre otros. Viene de la manera más simple. Tal vez subir una montaña en Israel suena a algo de “proporciones bíblicas”. Pero la vida mía, la suya, cuando la vivimos en lo natural, al hacer nuestras tareas cotidianas, también proyecta una sombra.

Nunca sabrá cuántas veces y de qué maneras se ha mostrado Jesús a través de usted. Es el poder de Su vida en USTED, manifestándose en todo momento… para proyectar Su sombra sobre usted.

Viva de tal manera que no esté enfocado en sí mismo. Permita que Jesús fluya a través suyo… cada día… en toda manera.

El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Todopoderoso. Salmos 91:1

Con amor, de otra compañera que proyecta sombra.

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